¿Dónde está la llave?

“¿Dónde está la llave? matarile-rile-rile…” 

La pregunta del millón, una pregunta recurrente desde hace muchos, muchos años, tanto que se convirtió en canción popular, vaya tela, toda una vida buscando la llave y lo peor es que la respuesta es… “en el fondo del mar, matarile-rile-rile”, o lo que viene siendo lo mismo…”en el fondo del bolso, matarile-rile-rile”. Uno de los grandes problemas de la humanidad y con una solución tan sencilla: “illo, ponle un llavero gordo” ya está, asunto resuelto.

Y que no le falte de na, su mijita de abalorios, para que suenen y ya sabes que la llevas sin abrir ni el bolso, su mijita de osito para tocarla en cuanto que metas la mano, su mijita de colgante para llevarlas por fuera… en fin la perfección misma. Lo que no sé es cómo no me llueven los encargos, ¿o es que soy la única que no encuentra la llave?

¿Al trote?... ¡al galope!

Como el título de la entrada no dejaba mucho a la imaginación, coloco en primer lugar las fotos, que tampoco sugieren otra cosa más que un caballito. Este no es gris ni nos lleva hasta París, pero ha llegado a Córdoba, ni más ni menos. Con todo mi cariño para mi veterinaria en construcción, que llegará tan lejos como quiera, y no al trote... al galope, porque ella lo vale. Un besazo para ti, mi niña, se te echa mucho de menos.

Los que se quedaron.

Han sido muchos los bichitos que he ido tejiendo en este tiempo, unos de forma menos acertada que otros, la verdad se dicha, pero con mucha ilusión, en primer lugar por lo que supone el reto de hacer algo nuevo y además de forma autodidacta, y en segundo lugar, por el cariño con el que se hace cuando va dedicado a alguien especial.

Es cierto, como ya conté en otras entradas, que muchos de los trabajos han tenido destinatario desde el mismo momento en que me surgía la idea, algunos por encargo y otros por iniciativa propia, pero muchas veces fueron simplemente... hacer por hacer, así que ahora me encuentro con toda una recua, manada, piara o lo que sea tal que esta:

Pues sí, estos son los que se han quedado conmigo, ¿alguien quiere alguno o voy a tener que poner un puesto en el mecadillo? (porque la opción de parar no la contemplo) .

Un tipo invernal.

Que ya lo sé, que no pega en absoluto este tío tan abrigado en pleno verano, pero qué le voy a hacer, me ha salido así, con botitas y todo, no le falta un perejil.

Y por si fuera poco, de lana, oiga, con sus pelitos y todo.  La productividad sigue siendo escasa y con muy poca chicha, me ha quedado un poco simplón, desgarbado y culogordo, sin intención, la verdad,  eso por improvisar.

Tengo que confesar que no es lo único que he tejido en estos días, me dio pena de quedarme sin mi lalylala, la que le regalé a mi amiga y que publiqué allá por septiembre del año pasado, así que busqué en mi alijo la lana que me quedó y me hice una para mí. Fue mi primer inspiracionismo y le tenía cariño, de las poquitas cosas que he hecho y me han gustado. No la vuelvo a publicar, que ya está bien de chupar cámara, peeero si te interesa, busca, busca, está por ahí. 

A modo de jirafa.

Está claro que este verano no está siendo muy productivo y no sólo hablado en términos de crochet. Parece que mientras menos se hace, menos se quiere hacer, una se propone muchas cosas, tocaba la limpieza de rigor, deshacerse de los trastos viejos, vaciar armarios... pero es que hace mucha calóóóóóóó, total, que esperando esperando a que refresque, se pasa el día y na de na.

Esto es lo que ha dado de sí este ultimo mes, una jirafa o similar, producción propia inspirada en la red que tanta información nos aporta. 

La verdad es que le voy cogiendo el tranquillo a tejer amigurumis sin patrón, es más entretenido, aunque los resultados no siempre sean los que tengo en mente, pero todo se andará, un día de éstos lo voy a conseguir, haré algo original a la vez que preciosísimo, lo sé. Mientras tanto... esto es lo que hay, la jirafa, a ver si alguien la quiere y me la adopta, porque regalarla así, a traición, tampoco me parece bien.

En miniatura.

Mira qué cosita más mona me ha quedado, tan chiquitito ahí en la cajita, pa chillarle. Este conejito siniestro es parte del inspiracionismo forzado a petición de mi niño. Resulta que al seguirnos uno al otro en Instagram, el suyo se ha contagiado de sugerencias de crochet que parten del mío y, aunque en principio se quejó, al ver este chiquitín el antojo y la petición fueron instantáneos. Consulté, me inspiré y ahí está.

En la página que lo encontré, de cuyo nombre aunque  yo quisiera no me puedo acordar, el muñeco es un alfiletero, y se llama voo-doo, ¿a que es un nombre muy bien puesto? A mi niño le gustó, espero que lo use sólo como adorno.

Como un burro amarrado a la puerta de un baile...

¿Habrá algo mas descriptivo para lo que está totalmente fuera de lugar?... un pobrecito burro amarrado a la puerta de un baile... lo visualizo y no puedo evitar identificarme con él... fuera de lugar (genial, Manolo García).

No sé si será la edad o la velocidad con la que pasa el tiempo mientras una permanece inmóvil, ni sé si esto le ocurrirá a mucha gente o es sólo percepción mía, pero mi capacidad de adaptación se me agotó hace mucho ya. Cada vez entiendo menos hacia dónde caminan los humanos y cada vez tengo menos ganas de caminar con ellos, por nada en particular sino por todo en general, lo de comprarse una manzana y meterse de gusano me parece un plan ideal.

Y siguendo con las analogías he hecho una especie de humanoide extraterrestre, ni dentro ni fuera de este mundo sino todo lo contrario:

Tres búhos para tres hermanos.

Estos tres personajes también han volado lejos: desde Minas de Riotinto hasta Priego de Córdoba y además dando un rodeo por Punta Umbría, pues cuatrocientos y pico de kilómetros, casi na. El viajito tiene su explicación pero tampoco es de interés general, lo importante es que cada uno de los hermanitos ya tiene su búho.

Ha costado lo suyo terminarlos pues cometí el fallo de tejer todas las piezas de los tres para después montarlos al final, y la verdad es que casi no llega el final. No he contabilizado, pero creo que tardé más en ubicar cada pieza en el huevo, coserlas, descoser las que se me torcieron y volverlas a coser (como siempre), rematar hilitos... uuuuuu, me agota hasta contarlo. Ahí dejo el despiece de uno de ellos, multiplica por tres.

Como dato anecdótico tengo que contar que cada uno de los niños pidió el búho de un color, yo, con mi media cabeza hice el esfuerzo de memorizar a cada niño con su color, pero se ve que ellos no... Y así pasó lo que era normal que pasara, la abuela hace el reparto pero a todos le gusta más el que le ha tocado al hermano, así que al final después de un buen ratito de peleas fraternales, ninguno tiene el búho que pidió, pero ninguno.
Me hubiera gustado compartir la fotos de los niños con su búho y el vídeo de agradecimiento que me mandaron... más lindos mis niños... pa comérselos a los tres... pero no, sólo comparto la labor.

Diseño exclusivo.

Exclusivo pero fallido. Se me ocurrió, después de tanto bichito y tanto animalito, hacer un amigurumi pero con forma humana y además hacerlo a las bravas, otra vez me vine arriba, sin conocimiento, esto iba a ser mi primer diseño propio, sin patrón, directamente de mi cabeza a la aguja... y así ha salido... madre mía.

Raaaara, raaaara, raaaaara, pero rarita de verdad. ¿Y esos pelos? Pero bueno, te la enseño porque en el fondo estoy contenta, de los errores es de lo que más se aprende y ya tengo en mente algunas correcciones y muchas mejoras,  todo en esta vida es mejorable, menos mal. Además la he hecho con un hilo más fino que el que uso habitualmente y creo que la aguja no es la adecuada, de ahí los agujerillos que se ven, espero que sea por eso, ya veremos. Y una cosa de las que me he dado cuenta con el experimento, es de que la expresión de la cara es algo muy complicado, de hecho esta pobre en principio tenía boca, pero se la tuve que quitar después de hacerle la primera foto, porque el aspecto de pánfila era tremendo.  Eso sí, los colores me encantan, los volveré a utilizar.
En fin, no aburro más, experimento fallido, peeeeero que no panda el cúnico, lo volveré a intentar.

Por aprovechar la lana.

Algún día, me propongo que pronto, pondré en orden y compartiré mi alijo, nunca me había gustado llamarlo así pero es que es eso, un alijo de lanas, hilos y material diverso en perfecto caos. Por el momento, estoy en el intento de reducirlo con la intención de volver a ampliarlo, y en ese afán combiné dos ovillos que estaban allí huerfanitos con vocación de formar pareja y... otro cuelo más.

Efectivamente, un trabajo sin mucho interés y como además las fotos no sé por qué me han salido borrosas, pues lo comparto pero poquito.

Feliz cumpleaños.

Casualmente, de estas cosas que te vienen de pronto a la mente sin saber exactamente cómo ni por qué, ayer, mientras publicaba la foto, me entró curiosidad por saber qué día fue el que escribí la primera entrada de este mi maravilloso blog. Me quedé muerta al ver que era la víspera del aniversario... mae mía, lo rápido que pasa el tiempo. 

Ahora no tengo más remedio, obligada por las circunstancias, que autofelicitarme por este primer cumpleaños en el que el contador dice que nos han visto ya tropecientas personas, o sea, 1.028 seres humanos, pero que yo creo que sólo me he visto yo (y mi niño cuando lo he obligado a ello) para publicar, probar, corregir, poner o quitar... yo misma, conmigo misma y para mí misma: objetivo cumplido. Es lo bueno de que mis expectativas fueran tan pocas, que se cumplen sí o sí y a veces con creces.

Feliz cumpleaños y que no panda el cúnico. 

Con la F de... FONDO.

El fondo del río Tinto, ni una imagen ni mil palabras para definir este espectáculo.

Poliwag.

Dentro de lo que es la paranoia que últimamente están sufriendo nuestros niños, jóvenes y no tan jóvenes de pretender a toda costa cazar Pokémons en todo memento y en todo lugar, tengo que reconocer que los bichitos estos, salvo excepciones, son muy monos, y como una no puede dejar de pensar en amigurumis cada vez que ve algo factible... ahí esta, cazado.

  

 

Y ya que estábamos, me he informado de la vida y milagros de este tal Poliwag y la comparto por si es de tu interés. Resulta que es un Pokémon de agua, algo tan poco glamuroso como un renacuajo, así como suena. ¿Y esa espiral que tiene en la barriga?... pues son las tripas... sí, los mismísimos intestinos que se transparentan a través de su fina piel, eso sí, fina pero elástica hasta el punto que hace rebotar al que le intente clavar el colmillo, lo suyo. Para más información evoluciona primero a Poliwhirl, que es parecido pero ya se le ha caído la cola y le han salido guantes de boxeo, y después a Poliwrath, que es el mismo pero ya to mazao, se comprende que de haber ido al gimnasio de los renacuajos adolescentes, o bien a Politoed, un rano ya adulto y verdecito con pinta de no haber roto un plato en su vida, se ve que se aburrió y dejó el gimnasio y que ya ha madurado y no busca pelea, por eso se quitó los guantes. Como la vida misma.

Si lo llego a saber...

Ocurrió el mismito día que estrené el cuello de color mostaza que iba a regalar pero que después fue que no. Pues resulta que a mi buena amiga y compañera de domingos a la una y media, le pareció que era bonito y le pareció que quería uno en otro color... después de tanto tiempo guardado esperando a ser regalado, se presenta la oportunidad pero fuera ya de plazo... casualidades de la vida.

Me hizo tanta ilusión que me pidiera que le hiciera el cuello, que el mismo lunes fui a por la lana (esta de verdad, no la de los chinos) y manos a la obra, que cuando las cosas se hacen con cariño parece que salen solas. 

Ahí está el resultado listo para regalar, y como es mi amiguita le adjunto un bichito, lo que viene siendo un dos por uno.

¿Y lo mono que me ha quedado el conjunto? Hasta perece que estaba preparado de antemano, pero no, puras casualidades, como el hecho de que no me sobraran ni veinte centímetros de la lana que compré y no me diera para hacer el lacito.
Sea como sea, con o sin premeditación, espero que te guste amiga.

Otro para la colección

Pues éste es efectivamente otro cuello calentito pero en color mostaza, que ha terminado formando parte de mi colección, y digo ésto porque en principio era para un regalo, peeero.... se van dejando las cosas, se pasan las ocasiones, cambian las circunstancias... total, que cuando me di cuenta ya ni llegaba ni pegaba el regalito, así que me lo quedo.

¿Ves? ahí preparadito para regalar, con su moña y todo... hay veces que está una tonta, a veces, muchas veces, reconozco que más de las deseables... Bueno, y qué le voy a hacer, cada uno tenemos nuestras cosillas, y yo además el cuello calentito. Las dos piezas separadas son unos miniguantes que le añadí para gastar la mijina de lana que me quedó, abrigar no es que abriguen mucho, pero quedan monisísimos.

Reportaje superinteresante con detalles y todo:

Copia en femenino.

Si alguien ha tenido la santa paciencia de seguir este blog, seguro que ha reconocido esta perrita (seguro, pero seguro, vamos) y si no es así, ahora tiene la gran oportunidad de conocer para poder reconocer, no hay más que mirar la entrada publicada en marzo de 2016 titulada "Todo termina en la vida". Clavadita, ¿no?

 

 

Y te dejo más fotos por si te interesa lo más mínimo pero no muchas, porque mi falta de imaginación me ha llevado a hacer las mismas fotos que le hice al colega, así que sólo las de muestra. Al cabo del tiempo resulta que mi Mariquita, una tarde memorable que no viene a cuento referir, le enseñó a su amiga Silvia el perrito que le regalé y claro, la pertición fue inmediata... " aaaayyyyyy, yo lo quiero pero en rosa". Dicho y hecho, ya lo tiene Silvia y creo que le ha gustado, al menos esa ha sido mi intención.

Con la E de... ESPEJO.

               















"Pero lo vi... mi espíritu sin calma era ya de tu espíritu un reflejo. Toda mi alma se espació en tu alma, 
y ella viose como en claro espejo"

 -Pedro Antonio de Alarcón-

Pues nada más que añadir. Bueno sí, por si alguien viera la foto y además le pareciera interesante y además le despertara curiosidad, el espejo es el río Tinto.

Un cuello calentito.

Por fin, por fin hace frío. Y no es que me alegre, ni mucho menos, al contrario, cualquiera que me conozca aunque sea un poco, sabrá que paso el invierno en un lamento deseando que lleguen los cuarenta grados del verano. Pero bueno, reconozco que todo es necesario y conveniente así que... lo llevaré lo mejor que pueda y esto ayuda algo: