Ocurrió el mismito día que estrené el cuello de color mostaza que iba a regalar pero que después fue que no. Pues resulta que a mi buena amiga y compañera de domingos a la una y media, le pareció que era bonito y le pareció que quería uno en otro color... después de tanto tiempo guardado esperando a ser regalado, se presenta la oportunidad pero fuera ya de plazo... casualidades de la vida.
Me hizo tanta ilusión que me pidiera que le hiciera el cuello, que el mismo lunes fui a por la lana (esta de verdad, no la de los chinos) y manos a la obra, que cuando las cosas se hacen con cariño parece que salen solas.
Ahí está el resultado listo para regalar, y como es mi amiguita le adjunto un bichito, lo que viene siendo un dos por uno.
¿Y lo mono que me ha quedado el conjunto? Hasta perece que estaba preparado de antemano, pero no, puras casualidades, como el hecho de que no me sobraran ni veinte centímetros de la lana que compré y no me diera para hacer el lacito.
Sea como sea, con o sin premeditación, espero que te guste amiga.
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