South Park.

¿Y este tío cómo se llama? La verdad es que ni lo sé, jamás he visto un capítulo entero de esta serie, con un par de minutos tuve suficiente para saber que ni un minuto más. No explicaré mis motivos por respeto a tanta gente a las que le encanta, como todo en esta vida, es cuestión de gustos y eso es algo muy personal y por tanto, respetable. 

Dicho ésto, diré en mi favor que, por deformación de crochetera, vi por casualidad una foto de estos personajes y sólo pensé que eran tejibles, lo tenía que intentar y... aquí está. Para ser una versión de un dibujo plano, no me ha quedado mal, al menos es identificable.

Por cierto, he dicho que aquí está pero no es así, estuvo aquí el tiempo justo para hacerle unas fotos antes de despedirlo, alguien que lo identificó se lo llevó para Madrid, ni más ni menos que a la capital. De momento, la criatura que más lejos ha llegado,  o eso creo. 

Berenjena en su conjunto.

Un gorrito, unos guantes tipo manopla y un chal superextralargo para darle unas cuantas vueltas al cuello y que sobren dos picos largos después de hacerle el nudo.

Se le ha echado un ratito laaaaargo que ha ocupado diversas estaciones incluso puede que de años distintos, pero al fin han terminado y con un resultado interesante. Publico las distintas texturas de cada tejido, lo dicho, interesante, ¿o no?

Éxito total.

Y vamos ya por la tercera generación, se ve que estamos de antojos en la familia, no llega a ser producción en cadena, pero... todo se andará (no, no, espero que no). Pues sí, ese Andy verdecito está siendo un exitazo.

Un detallito, como se puede apreciar, cada uno es de su padre y de su madre, distinto tamaño, distinto color y un patrón ditinto y totalmente improvisado para cada robotín, así que de producción en cadena nada, diseño exclusivo, totalmente personalizado bajo pedido.

Y lo mejor de todo es que la cosa no acaba aquí, vamos a por el cuarto y además éste con plazo de entrega, antes del 31 tiene que estar listo, les prometí a dos hermanitos que se los entregaría cuando volvieran a casa por Navidad, espero cumplir y espero que me quede gemelo del mayor, que no quiero conflictos.

Publico el trabajo, que progresa adecuadamente.

Con la D de... DEFORMACIÓN.

Está tan a la vista que no necesita ninguna explicación, resulta increíble cómo algo aparentemente inmóvil puede tener tanto movimiento. Es lo que tiene el abandono, que las cosas se salen de madre.

La que faltaba pal trío, o vaya tres patas pa un banco.

Tripitiendo patrón, me encanta, esta tengo que confesar que no me ha quedado tan mona, no sé por qué, lo analizaré detenidamente en otra ocasión, es tipo conejita peeeeeeero un poco lánguida, no era mi intención, sorry.

La enseño desde todos sus ángulos pero en chiquitita, que las fotos me han salido regu regu, se comprende que la suerte no acompaña a la pobre conejita y eso que es el animal suertudo por antonomasia.... oooooooh antonomaaaaasiaaaaa...

antonomasia

Del lat. antonomasĭa, y este del gr. ἀντονομασία antonomasía.

1. f. Ret. Sinécdoque consistente en aludir a alguien mencionando una cualidad muy característica suya en lugar de su nombre propio, o emplear el propio de alguien en lugar de la cualidad que lo caracteriza, como en el Apóstol por san Pablo o en un nerón por un hombre cruel.

por antonomasia

1.loc.adv. Denota que a una persona o cosa le conviene el nombre apelativo con que se la designa, por ser, entre todas las de su clase, la más importante, conocida o característica.

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Después de leer la definición de antonomasia me doy cuenta de que el conejo sí es por antonomasia el de la suerte pero la coneja es algo muy diferente, al menos por aquí. Si a una mujer la denominas como coneja es porque ha tenido muchos hijos, aunque no alcanzo a comprender quién decide cuántos son muchos o cuántos pocos hijos.. no sé. Además se usa en un todo despectivo... la coneja, qué lástima considerar como barbarie traer hijitos al mundo, así nos va. Pero que no panda el cúnico, siempre habrá valientes conejas dispuestas a todo, un gran achuchón a todas ellas.

Con la Ch de....CHIMENEA.

Que sí, que sí, que ya sé que la Ch no es una letra, que no panda el cúnico, es más, incluso llego a saber que es un dígrafo, bonito palabro. Pero aprovechando que soy de la escuela antigua en la que, entre otras cosas, la Ch tenía un destacado papel entre las letras y aprovechando también que he hecho una maravillosa foto de una espectacular chimenea, aprovecho para publicarla en el reto.

Es verdad que con lo de maravillosa me he pasado un pelín, pero progresa adecuadamente, ahora, lo de espectacular sí que es así. La foto está hecha en lo que queda de la estación del Manzano, un paraje hoy desolador pero en el que se intuye la grandeza de otros tiempos. Es curioso cómo continúa erguida la chimenea en medio de tanta ruina... lástima de abandono.

Como el mar azul.

Otro para la colección y además otro azul, me gusta el azul, no lo puedo evitar. A este paso tendré que poner un puesto para deshacerme del stock de chales, gorros, bufandas, bichejos... ¿estaré enferma o sólo aburrida? Mmmmmm, tengo mis dudas y no sé qué es peor, la obsesión o el aburrimiento... consultaré a mi psicóloga. De momento ahí va:

Este es asimétrico, escaleno total como se puede ver en la fotografía de planta que con tan poca calidad me ha salido, pero que yo he considerado era necesario poner para la explicación que aquí estoy dando sin que nadie me la pida. 

Del plano general al plano de detalle, qué bien ha quedado. Me encanta, azul.

A dos agujas, ¿por qué no?

¡¡¿Quién dijo miedo?!! Hay que atreverse con todo, y esto sí que se me da fatal. Está claro que no es lo mío y de momento ni me gusta, pero he pensado darme un poco de tiempo, una vez que el primer paso está dado. Con unas nociones muy primarias y con los cinco sentidos puestos en la dichosas agujitas, comienzo la labor de hacerme un cuello enorme y calentito para este invierno... o al ritmo que esto va, para el que viene o más alla.

Como era por probar he comprado una lana baratita para poder tirar el producto resultante sin a penas remordimientos y en realidad me está quedando mejor de lo que esperaba. Es una lana muy irregular con algún que otro pegote, más nudos de lo deseable y la transición de color es a veces un poco bestia, pero creo que una vez reliado al cuello (suponiendo que no me den picores de muerte) todo pasará desapercibido.

La ratita presumida.

 

Pues sí, he repetido patrón, modestia aparte me encantó cómo me quedó y decidí probar con otro animalillo. Esta es a modo de ratita (por si no se identifica con claridad), y además me ha quedado a juego con la anterior, no sé por qué me gusta hacer parejitas y lo mejor es que en este caso ya tengo ideada una tercera, espero que no sean multitud. 

 

Bicho raro.

Este... esto es otro ejemplo de inspiracionismo, y esta vez sí que no puedo ni citar la fuente de inspiración porque hace años que tengo guardada la foto de un... esto similar que encontré en la red.

No sé cómo llamarlo ni en qué especie clasificarlo, pero he tenido la santa paciencia de escribirme un patrón, por si algún día decido reproducir semejante bicho raro. Y ahí van más fotos y detalles por si alguien se apunta al inspiracionismo, yo lo recomiendo es un pequeñito paso hacia el diseño propio... todo llegará.



Feo.
He aprendido en esta vida
de lo bueno y de lo malo,
me he elevado por el cielo
y me he arrastrado por el barro.
Más de treinta y cinco años
y doscientos diez defectos,
he tocado la locura
con la punta de los dedos.
Voy mirándome en los charcos,
yo no necesito espejo,
sé que soy mucho más guapo
cuando no me siento feo.
Nunca me han interesado
ni el poder ni la fortuna,
lo que admiro son las flores
que crecen en la basura.
¿Dónde se han quedao tus sueños?
Tienes el alma desnuda,
después de romper la ola
sólo nos quedó la espuma.
Voy mirándome en los charcos,
yo no necesito espejo,
sé que soy mucho más guapo
cuando no me siento feo.
Fito Cabrales. 2003.

Inspiracionismo.

No creo que este bonito palabro exista en el diccionario, pero a mí me gusta definir con él lo que acabo de hacer: dícese del acto de inspirarme en algo hermoso y reproducirlo a mi leal saber y entender. Desde hace tiempo me viene gustando este tipo de muñequines que anda casi omnipresente en la red, al menos para todos los aficionados al mundo amigurumi, así que decidí escoger uno de ellos, me inspiré enormemente y me hice mi propio patrón... como primera experiencia en estos lares no me ha salido del todo mal.

No comparto el patrón porque es una burda reproducción hecha como reto personal y para  para consumo propio de un diseño excelente, para quien lo quiera conocer: www.lalylala.com. Merece la pena echarle un vistazo.

Visto desde todos los lados.

Y posando para el book.

Y esto es lo que pasa cuando un fantasma se te atraviesa sin conocimiento (o con conocimiento) entre objetivo y modelo:

La chaqueta divina.

Esta sí que tiene un par de añitos por lo menos, ya está un poco venida a menos pero todavía me tiene que dar el avío, que me costó muuuuchas horas hacerla.

Recuerdo ahora cómo fue el proceso y me doy cuenta de lo que se aprende con la práctica, por ejemplo a no comprar hilo para dos chaquetas, a anotar todo lo que se vaya improvisando o modificando del patrón, porque aunque estés segura de recordar lo que hiciste en una manga para hacer la siguiente, lo más seguro es que no sea así y tengas que volver a inventar procurando que te quede lo más parecida a la anterior. Y se aprende a ser más observadora, o en caso de tara mental en este sentido, a pedir a otros que observen por tí antes de salir a la calle con la chaqueta colocada. A modo de juego, te invito a descubrir dónde metí la pata de una forma dolorosa. Confieso que tardé mucho en darme cuenta y que hasta la fecha nadie se ha percatado del error, o al menos no me lo ha dicho, pero vamos, que no panda el cúnico, que de todo se aprende.

Triste y azul.

Quisiera haber puesto un trozo de la famosísima canción de Roberto Carlos, pero no... no hay por dónde cogerla, desde mi punto de vista, claro está, que si tuvo tanto éxito que hasta hoy somos capaces de cantarla de principio a fin, por algo sería, que desde el 79 ya ha llovido como para haberla borrado de nuestras mentes.

Y aquí está mi versión del gato triste y azul.

Y una curiosidad que me ha hecho mucha gracia, ¿te has preguntado alguna vez por qué el gato estaba azul, no pardo, ni negro, ni blanco sino azul? Pues yo sí, y hoy he encontrado la respuesta: por un error (supongo que intencionado) de los que tradujeron la primera versión del gato, que era en italiano. Y es que resulta que el gato original estaba "nel blu", o sea, en el cielo. Es fascinante lo de internet, se puede encontrar información de todo tipo, pero sobre todo chorradas, miles de millones de chorradas circulando en la red por los siglos de los siglos.

El compañero cabezón.

Dicho y hecho, ¿para qué dejarla solita por más tiempo? ahí está el compañero cabezón, excesivamente abrigados para el tiempo en el que estamos, la verdad es que da un poco de agobio verlos con gorro y bufanda. ¿Será esto añoranza del envierno, el frío, la lluvia, los días tan cortos.....? Noooooo, ni hablar, para nada, que no acabe el verano, me lo pido.

Y ahora unas en solitario, que el chaval también reclama su protagonismo.