Se está gestando

Una nueva criatura en gestación, pequeñita y rosita y además por encargo. ¡Se admiten peticiones, señores!

Esto de tejer por amor al arte, por terapia, porque sí, está muy bien, es como una necesidad cubierta, pero esto de que la lista de espera crezca cada día, no sé...

Exageraciones aparte, que tampoco hay para tanto, es un placer trabajar para alguien de forma gratuita, es algo que hay que probar y que hacer más a menudo, en serio. Por dinero se hacen hoy en día miles de cosas, algunas incluso de dudosa legalidad, otras directamente ilegales o hasta inmorales, por dinero una servidora conduce sesenta  kilómetros y pasa ocho horas en una oficina cada día. El dinero se convierte en el señor y director de nuestras vidas por eso es conveniente sentir que tu trabajo tiene otro tipo de recompensa distinta de la económica, trabajar por la única satisfacción de entregar a otro tu trabajo merece la pena. Manos a la obra.

Por cierto, si algien quiere jugar al "qué será será", que le eche imaginación, lo dejo abierto.

Mi herencia.

Quería hoy compartir un tesoro, un gran tesoro que, como todo lo que merece la pena en esta vida, no tiene un gran valor económico. Son las agujas de crochet de mi abuela, me las dio mi madre hace unos días con un cariño enorme, el mismo cariño con el que yo las recibo agradecida, más que si hubiera heredado un banco repletito, de dinero, claro, que últimamante están más repletos de deudas.
Uf,  impresiona pensar los millones de puntos que habrán tejido, las hora y horas que pasaron en sus manos, mientras conversando distraída en miles de otras cosas tejía sin parar, eso sí que era era pasión por el crochet. Y junto con las agujas, una de ellas incluso de fabricación artesana, el lapicillo con el que anotaba en sus gráficos según le iba viniendo la inspiración y también la goma de borrar, que no siempre se atinaba a la primera, sobre todo cuando se improvisaba sobre la muestra de la muestra de la amiga de una vecina que tenía un paño muy bonito con mucho cuento, que era lo divertido.

Ahora, con la serenidad que da la distancia y la madurez, que una ya tiene sus añitos, pienso cuánto me gustaría haber podido compartir con ella esta afición común, sin embargo no ha sido así.  Es cierto que fue ella la que me enseñó hace muuuuucho tiempo a coger las agujas y ganchillear largas tiras de cadenetas y unas florecitas la mar de monas que ya ni recuerdo cómo las hacía, pero entonces eso no molaba nada, cosas de viejas. Lástima de tiempo desaprovechado. En fin, es lo que tiene la vida, que podemos elegir entre muchas direcciones, unas más adecuadas que otras, pero siempre en un solo sentido: "palante", casi siempre más rápido de lo deseable. Sirva ésto de recuerdo, un beso Conchita.

Todo termina en la vida

¿Pena? ¿Quién dijo pena? Que termine algo muchas veces es motivo de alegría, eso de dar la última puntada y decir "ea, ahí queda eso..."  no tiene precio.

Alzado

Planta

Perfil

Por fin he podido montar el rompecabezas y no me disgusta cómo ha quedado, un poquito con cara de pánfilo pero no está nada mal, quizá cuando le coja el tranquillo a la dichosa agujita de lana me vayan saliendo mejor, porque no pienso parar. Ya he elegido a quién se lo voy a regalar, va por tí, Mariquita, que me ha hecho gracia tu forma de pedir.

Menudo reportaje fotográfico le he hecho, si hasta lo he sacado a la calle a tomar el fresco, espero no haber sido muy cansina, un poco sí, pero soportable, ¿no? Una vez más el refranero acierta de pleno, lo del herrero y la cuchara de palo se cumple irremediablemente, no he conseguido fotógrafo, otra vez será... o no.

¡TA - TA - TA - CHAAAAN!

La tan esperada respuesta a la pregunta de ayer es...

No, claro que no, eso sigue siendo un amasijo de piezas informes, ¿informes existe? bueno, sin forma definida. pero en las siguientes fotos... sí que sí, ¡sorpresa! Esto tiene mejor pinta, ¿verdad?

Todavía no está clara la unión de las distintas piezas, otra vez toca inventar porque el patrón, a pesar de ser muy exacto y muy fácil de seguir tiene un defectillo, que no explica cómo ni dónde se hacen la uniones de los distintos miembros y como no soy una experta ni una hábil costurera, no dejo de darle vueltas sin ningún resultado. El problema es que el animal no puede quedar rígido, las uniones tienen que permitir el movimiento porque el pobre se tendrá que sentar pero también se podrá tumbar cuando se canse, animalito, ya lo de que se ponga en pie es tarea imposible pero bueno, tampoco pidamos peras la olmo, o sí, ya veremos en que queda todo ésto.

¿Qué podrá salir de todo ésto?

Vaya entretenimiento esto de los amigurumis, es superemocionate cómo van tomando forma las distintas partes del bichito, una tiene la duda de si saldrá algo identificable hasta que empieza a reunir los miembros, que por lo general suelen dormir en distintas ubicaciones según dónde haya puesto el punto de trabajo ese día. Si por mí fuera y si el tiempo no lo impidiera, saldría a tejer a la calle, al campo, al parque, a cualquier plaza, es de lo más agradable, sin embargo nunca lo hago por eso de que en los pueblos tardan muy poco en colgarte etiquetas y a mí la de pirada me la colgarían al instante, seguro.

Y volviendo al tema, a modo de adivinanza dejo en esta entrada algunas fotos del animalito desmembrado a ver si no es verdad que la duda está justificada. Ya mañana pondré las que he hecho al proyecto sobrepuesto, tiene buena pinta, no digo de qué.

Esto es sólo por darle un poco de emoción a la tarea que tengo ahora por delante, lo peor, terminar lo comenzado. Ya estoy dándole vueltas a lo siguiente que haré, no adelanto nada por si no sale adelante. 

Progresa adecuadamente

Ahí vamos, con paciencia, ánimo que ya queda menos.

Yo estoy por la labor, desde luego, pero hay que hacer cada día un gran ejercicio de paciencia para no caer en la desesperación... que no, que no es para tanto, que da gusto verlo crecer, míralo, qué mayorcito está ya.

Entrando en la frialdad de los números y dejando aparte la pasión y el amor al arte, con el Excell por bandera he hecho cuentas y me he quedado mueeeeerta. Pues resulta que ahorita mismo estoy en la vuelta número 44, desechando el trocito de la 45 por insignificante, esta vuelta lleva la friolera de 347 puntos y lo mejor de todo.... sin contar las veces que, como siempre, he tenido que deshacer y volver a hacer... llevo tejidos nada más y nada menos que... 7.701 puntos, casi na. Y no llevo ni la mitad. 

Al final, cuando consiga terminar, volveré a publicar las escalofriantes estadísticas sin morir en el intento, espero, pero bueeeeno, no pasa nada, que no panda el cúnico.