Estos tres personajes también han volado lejos: desde Minas de Riotinto hasta Priego de Córdoba y además dando un rodeo por Punta Umbría, pues cuatrocientos y pico de kilómetros, casi na. El viajito tiene su explicación pero tampoco es de interés general, lo importante es que cada uno de los hermanitos ya tiene su búho.
Ha costado lo suyo terminarlos pues cometí el fallo de tejer todas las piezas de los tres para después montarlos al final, y la verdad es que casi no llega el final. No he contabilizado, pero creo que tardé más en ubicar cada pieza en el huevo, coserlas, descoser las que se me torcieron y volverlas a coser (como siempre), rematar hilitos... uuuuuu, me agota hasta contarlo. Ahí dejo el despiece de uno de ellos, multiplica por tres.
Como dato anecdótico tengo que contar que cada uno de los niños pidió el búho de un color, yo, con mi media cabeza hice el esfuerzo de memorizar a cada niño con su color, pero se ve que ellos no... Y así pasó lo que era normal que pasara, la abuela hace el reparto pero a todos le gusta más el que le ha tocado al hermano, así que al final después de un buen ratito de peleas fraternales, ninguno tiene el búho que pidió, pero ninguno.
Me hubiera gustado compartir la fotos de los niños con su búho y el vídeo de agradecimiento que me mandaron... más lindos mis niños... pa comérselos a los tres... pero no, sólo comparto la labor.
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