Ahí está la criatura flotando en el espacio gracias a uno de mis fotógrafos preferidos, mi hijo Guillermo, que ha tenido la amabilidad de hacer estas fotos, todo un profesional, precioso por dentro y por fuera y sin venda de madre, ¿o no están bonitas las fotos?
Vaya cara me quedó, pero bueno, me conformo por ser el primero, espero que de muchos otros que no voy a tener más remedio que tejer, porque a éste ya le han salido pretendientes. Entre las muchas peticiones familiares y que el tema ha resultado bastante adictivo, creo que pronto empezaré otro. He pensado hacerle un compañero y mandarlos a Sevilla, a casa de dos hermanitos preciosos a los que le gustó y a los que les prometí un par de ellos, iguales, por supuesto para no crear conflictos fraternales.
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